martes, 25 de junio de 2013

Entrenar al Madrid, todo un reto

A mí me empezó a gustar el fútbol, lo que es de verdad -de empezar a escribir artículos y anotar datos- en el año 2003, cuando Del Bosque levantó la 29ª Liga cosechada por el Real Madrid de los galácticos. Desde entonces me he empapado de la actualidad del conjunto blanco al detalle, y por ende de sus entrenadores. Hace unos días se cumplieron diez años de la destitución del que ahora es seleccionador español, y desde entonces el Real Madrid ha tenido diez entrenadores, once contando a Carlo Ancelotti, nuevo entrenador a partir de hoy. Para el técnico italiano superar a muchos de ellos será una tarea "sencilla", y lo digo entre comillas porque la mayoría de esos entrenadores no tuvieron delante al Barça al que ahora estamos acostumbrados. Y aun más difícil será superar a su predecesor, José Mourinho, el único capaz de romper "relativamente", la hegemonía azulgrana.

Es por eso que, antes de darle la bienvenida al nuevo entrenador, me gustaría hacer un repaso a los diez entrenadores que he tenido el placer de visionar a lo largo de las últimas diez temporadas:

1. Carlos Queiroz: Llegó al Real Madrid como un entrenador moderno, que rehuía de los métodos
tradicionales implantados por Del Bosque, que se alejaba del hombre para mirar al futbolista. Traía consigo una dilatada experiencia como segundo entrenador del Manchester United. De él se pensaba que sería la prolongación de Alex Ferguson en el conjunto blanco. Lo más parecido al "Sir". Resultó salir por la culata. Exprimió a sus jugadores al máximo, ya que sólo utilizaba a 12-13 jugadores habitualmente, el resto apenas tenían minutos. El conjunto blanco llegó al tramo decisivo de la temporada con las opciones del triplete intactas, pero con el físico hecho añicos. Lo pagó caro: eliminados en cuartos de Champions, derrota en la final de Copa y descenso hasta el 4º puesto en Liga. La peor temporada -y peor segunda vuelta- que se recuerda en el Bernabéu.

2. José Antonio Camacho: Florentino reculó y trajo a un entrenador del perfil Del Bosque, querido por el madridismo y reflejado en los valores de la casa blanca. Después de una temporada turbia, era el técnico perfecto para enganchar a la afición e implantar disciplina en un vestuario difícilmente manejable. Pero Camacho no quería ser entrenador, sino manager general: pidió numerosos fichajes de los cuales ninguno fue  ejecutado, y empezó la temporada de la peor forma posible. Presentó su disimisión al sentirse pisoteado por el club e incapaz de reconducir la situación.

3. Mariano García Remón: Entrenador transitorio hasta la llegada de Vanderlei Luxemburgo en Diciembre. Transmitía simpatía y sensatez, pero nunca se le vio útil para el banquillo madridista.

4. Vanderlei Luxemburgo: Otro entrenador del perfil "Queiroz", adaptado a nuevas técnicas futbolísticas y con un pasado prometedor en Brasil. No se le entendía en las ruedas de prensa, implantó el cuadrado mágico -una táctica muy criticada en España, pues renunciaba al ataque por bandas- y el pinganillo como medio de comunicación entre el banquillo y los jugadores sobre el terreno. No duró ni una temporada, ya que elquipo demostró falta de carácter y competitividad.

5. Juan Ramón López Caro: Otro entrenador transitorio con el que el Madrid mejoró considerablemente, si bien no se cumplieron los objetivos marcados y, con la despedida de Florentino Pérez a mitad de temporada, se auguraba una nueva etapa en el madridismo.

6. Fabio Capello: Con Ramón Calderón como presidente y Mijatovic como director deportivo, el Real Madrid cambió radicalmente en su intento por acabar su sequía de títulos, que ya alcanzaría los cuatro años a final de temporada. Se acabó el Madrid de los galácticos, y el equipo vivió una temporada convulsa, irregular, con un juego mediocre pero habitualmente efectivo y que permitió conquistar una Liga que se recordará como la de las "remontadas". Primaron la esperanza, la lucha, la casta y la actitud sobre el juego, y por ello Capello permaneció sólo un año en el Real Madrid.

7. Bernd Schuster: Despejada la ansiedad de títulos, la remodelación debía continuar pues el Madrid continuaba plagado de errores que había que corregir. El entrenador alemán llegó con su aval de buen papel en el Getafe y con la virtud de hacer que sus equipos jugaran bien al fútbol, todo lo contrario a Capello.
Además respiraba madridismo por los cuatro costados. Era el entrenador perfecto, y la 31ª liga se ganó con mucha ventaja respecto al Barça, al que humilló en aquella escena histórica del "pasillo". Sin embargo, el juego seguía sin ser brillante. Hasta el Barça ganaba en ese sentido. La temporada siguiente no se empezó como se esperaba, y Schuster fue despedido en el momento en el que dijo que era imposible ganar el clásico.

8. Juande Ramos: El entrenador español llegó en una operación relámpago, también para ocupar un periodo transitorio. Es curioso, pero los entrenadores españoles que han dirigido al Madrid desde Del Bosque sólo han servido como sustitutos que deben arreglar los problemas creados por los entrenadores elegidos para los proyectos. Sin embargo, Juande demostró estar capacitado para entrenar al Madrid, a pesar de los accidentes en Liverpool y en el Benabeú en el 2-6. Hizo el récord de puntos de la historia del Real en Liga. Y sacó lo mejor de Robben e Higuaín, pero no fue suficiente para superar a un Barça ya temible con Guardiola.

9. Manuel Pellegrini: Florentino volvió al poder más fuerte que nunca, gastando millonadas en fichajes galácticos que aumentaran el nivel del equipo. Con el entrenador chileno, el Madrid mejoró el juego por primera vez desde la era Del Bosque, aunque de forma irregular. Siempre fue partidario de juntar a los jugones -le daba mucha participación al trío Granero - Guti - Kaká- y no le tembló el pulso a la hora de sentar vacas sagradas. Su lunar fue no conseguir ningún título y la debacle de Alcorcón, pero batió el récord de puntos en Liga, superando el conseguido la temporada anterior por Juande.

10. José Mourinho: Con el técnico portugués hay un antes y un después en el Real Madrid. El conjunto blanco se convierte en un equipo regular en cuanto a resultados y eficaz en su juego, consistente en llevar el balón lo más lejos posible de su portería y atacar con pocos pases, rápidos y precisos. Este equipo consigue  una Liga, una Copa y una Supercopa, además de colarse en la hegemonía del Barça y ganarle por fin en enfrentamientos directos. Si Mourinho sale del Real Madrid es por su actitud ante ciertos jugadores del vestuario, la prensa y los aficionados, de lo contrario es muy probable que hubiera continuado. Un año sin títulos para Florentino nunca ha sido asumible, pero en este caso creo que habría hecho una excepción.

11. Carlo Ancelotti: Florentino se ha cansado de traer entrenadores que "prometen". Los principales fracasos del presidente blanco siempre se achacan a la elección de un entrenador de este perfil, es por ello que  para esta temporada ha vuelto a optar por un técnico de prestigio, campeón de tres ligas diferentes y de dos Champions, que es capaz de jugar con el mismo estilo que este Real Madrid y con el que utilizaba en Milan, con un rombo donde prevalecía la calidad y la técnica a la velocidad y la potencia. Carlo es un entrenador elegante, que con los jugadores que tiene en la plantilla blanca optará, casi seguro, a jugar lo mejor que se pueda. Mañana veremos cuáles son sus sensaciones tras presentarse en el Berbabéu, pero ante todo hay que darle la bienvenida. No tiene un reto fácil. Ser entrenador del Real Madrid, aunque parezca raro, es una de las profesiones más difíciles del mundo.

@david_lrl



martes, 11 de junio de 2013

Marcos Senna, la Leyenda

Hace unas horas que el Villarreal CF ha anunciado que Marcos Senna, capitán del club y jugador con más partidos en toda su historia, se despedirá mañana a las 11 h del Submarino para zarpar rumbo a Estados Unidos. Quién iba a decir hace unos años que aquel joven brasileño envuelto en miles de problemas se iba a marchar por la puerta grande, convirtiéndose en toda una leyenda para la ciudad y el club amarillo. Porque la de Marcos no es una historia cualquiera, no. Es una historia de auténtica superación.


Marcos Senna comenzó a jugar al fútbol en Jardín Rincón (Sao Paulo) a la edad de doce años, pero tuvo que empezar a trabajar porque su familia se encontraba en apuros económicos. Dejó la hierba por el asfalto,  pero no abandonó su sueño. Porque su vida ha sido la consecución de un sueño, al que ha tenido que llegar cargando con un sinfín de desgracias y despropósitos. Con dieciséis años se enamora de Fernanda, una brasileña cuatro años menos que él. Los padres de ella no dejan que estén juntos, simplemente por el tono de piel de Marcos. A pesar de todo, se siguen viendo hasta que a los dos años Fernanda se queda embarazada, con 14 primaveras, y Marcos ya no la vuelve a ver. Su hijo nacerá sin padre.

Pero Senna sigue jugando. Consigue combinar el trabajo con la pelota, lo único que puede motivarle de verdad. Jugando en equipos de barrio logra dar el salto al Corinthians y al Sao Caetano, desde donde se catapultó a Europa. El director deportivo del Villarreal fue a ver a un compañero suyo, Somalia, pero al descubrir a Marcos, ya no quiso oír nada del otro al que había ido a ver. Firmó por cinco años en el club amarillo, pero sus comienzos en España no fueron fáciles, y mucho menos sin su padre, que murió antes de que cumpliera la mayoría de edad. Él siempre le dijo que tenía que seguir por el camino del balón, y Marcos consiguió, desde abajo, no defraudarle.

Ya en Villarreal, el brasileño se rompió cuatro veces la rodilla, en dos de ellas pudo retirarse del fútbol. Se quedó dos años sin jugar, y al mes de recuperarse y conseguir la titularidad, tuvo que levantarse de otro golpe, esta vez en forma de sanción: el 21 de octubre de 2004 la UEFA le aleja otro año de los terrenos de juego por dar positivo en un control anti-doping. La sustancia que él había ingerido no estaba prohibida, pero sí limitada para tratamientos de algunas lesiones -algo que él desconocía-. Todavía se busca una respuesta que aclare lo sucedido, pero él sabe que nunca ha necesitado nada para correr más, o para chutar más fuerte a la pelota. Él era más duro que todo eso. Y por eso, regresó más fuerte que nunca.

Al poco tiempo de cumplir la sanción, Senna se adueñó del centro del campo del Villarreal, y a partir de entonces no lo soltaría hasta esta misma temporada. Han pasado muchos años cargados de éxitos desde entonces. Éxitos que hicieron olvidar su paternidad a los dieciocho, la muerte de su padre, cuatro lesiones gravísimas y una sanción por dopaje. No sólo consiguió afianzarse en uno de los mejores clubes españoles de la última década, sino que se confirmó como uno de los mejores centrocampistas del mundo en 2008, cuando lideró al Submarino en la mejor clasificación de su historia (subcampeonato) y cuando se hizo con los galones de una selección española que comenzaba su hegemonía mundial conquistando la Eurocopa de Austria y Suiza. No sólo dio el nivel en aquel campeonato, sino que fue nombrado mejor mediocampista defensivo del torneo. Y uno de los mayores artífices en la conquista de un trofeo que no se ganaba en más de cuarenta años. Desde entonces sería querido para siempre en Villarreal y en toda España.

Terminó la Eurocopa y Senna tenía ya nada menos que treinta y dos años. Y aún le quedaba mucho fútbol que dar. Desestimó ofertas del Real Madrid, del Arsenal, y de otros muchos equipos europeos para quedarse en el Madrigal. En su casa. Donde Marcos se hizo hombre y se convirtió en la persona más feliz del mundo. La vida aun le daría otra bofetada con el descenso del conjunto amarillo la temporada pasada, pero un año después se ha cumplido la operación retorno y el Villarreal estará de nuevo entre los grandes de España. Lamentablemente, Marcos no estará allí. Se marcha a Estados Unidos en una nueva aventura.

Fueron más de trescientos partidos viéndole destrozar porterías gracias al misil que tiene en su pierna derecha. Más de trescientos partidos sosteniendo un centro del campo que provocaría los halagos de toda Europa. "Mira, ese equipo, el de amarillo, juega muy bien". Su sonrisa, a pesar de las numerosas dificultades, ha sido lo que le ha caracterizado en todos estos años. Porque Senna nunca ha dejado de sonreír. Nunca ha dejado de mirar hacia adelante. Y por supuesto, nunca dejará Villarreal para siempre. Porque la puerta "19" de El Madrigal hará de Marcos Senna un jugador eterno. Una leyenda.

@david_lrl

domingo, 9 de junio de 2013

¡Endavant!

Adelante. Adelante pese a que el 13 de mayo de 2012 caía una losa tremenda en la estructura del Villarreal CF. El conjunto amarillo, tras una temporada nefasta y desafortunada, descendió a Segunda División siendo derrotado por el Atlético en el Madrigal, mientras Raúl Tamudo marcaba en el último minuto para el Rayo Vallecano ante el Granada el tanto de la permanencia. Fue terrible, porque nadie esperaba semejante mazazo. El club castellonense se había instalado en la élite de la Liga BBVA, siendo considerado uno de los mejores equipos de España en la última década. Se clasificó hasta en siete ocasiones para disputar competición europea en las doce campañas consecutivas en la máxima categoría, todo ello siguiendo una política austera en materia de fichajes y protegiendo una economía que hoy sigue siendo solvente -no le debe ni un euro a hacienda-.




Pero adelante. Adelante porque no vale la pena mirar al pasado y recordar los tiempos gloriosos en los que el Submarino Amarillo paseaba el periscopio entre los grandes de Europa. Tocaba volver, "tornar", situar a este club en el lugar que le pertenece. Fernando Roig, mandatario del club y envuelto en desconsoladas lágrimas, prometió dos días después del descenso que vendería parte de su accionariado en Mercadona para reinvertirlo en el Villarreal. Pagó hasta 74 millones de su propio bolsillo. Para dirigir el "proyecto retorno", un hombre admirado por todos y que ya tenía unos cuantos ascensos en su currículum: el bonachón Manolo Preciado. Lo que nadie sabía y espera es que Manolo, a la víspera de su presentación, muriera de un ataque al corazón en un día que cubrió de luto a todo el fútbol español.



Otra vez, adelante. El conjunto groget pasaba uno de sus peores momentos en su historia reciente. Abandonado por la suerte y destrozado por la muerte de su entrenador, Fernando Roig contrató casi de forma desesperada a Julio Velázquez, joven técnico del filial amarillo durante cuatro meses la temporada anterior. Velázquez transmitía ilusión y ganas, pero no experiencia. Y el club acababa de vender, para sanear sus cuentas, a Diego López, Marchena, Borja Valero, Marco Rubén, Nilmar, Ángel, Wakaso, Gonzalo Rodríguez y Camuñas. En los próximos meses y recuperado de su lesión, emigraría también Giuseppe Rossi,  máximo goleador del equipo en las últimas temporadas en Primera. Con los fichajes de Cavenaghi, Pandiani, Javi Venta, Mellberg, Canteros y un puñado de canteranos se confeccionó un buen once, aunque quizás, en conjunto, una plantilla demasiado corta.

Adelante, pues. Arrancó la Segunda División y el Villarreal ya era considerado el rival a batir. En los siete primeros partidos, cinco victorias y dos empates que le colocaban en segunda posición, a sólo dos puntos del Elche.Sin embargo, la derrota en Gijón sería el comienzo de una racha deplorable de resultados, que sólo se mitigaron con las goleadas aisladas a Alcorcón (4-0) y Racing de Santander (0-3). Sólo tres victorias en los catorce partidos siguientes condenaron al Submarino a sumergirse en la séptima posición, a seis puntos del ascenso directo. La falta de gol y los escasos recursos en el banquillo fueron claves, junto con el más que cuestionable liderazgo que mostraba el joven entrenador. Llaneza y Roig reaccionaron a tiempo y despidieron a Velázquez para traer a un entrenador experimentado y con un currículum más que notable: Marcelino García Toral. Sin embargo, su debut no sería precisamente el esperado: el Villarreal perdió 5-0 frente al Real Madrid Castilla.




A pesar de todo, ¡Endavant! El Villarreal había bajado hasta la décima posición, saliendo de los play-off por primera vez en la temporada tras el correctivo que le endosó el filial madridista. Pero Fernando Roig se puso manos a la obra para reconducir la situación y realizó una gestión formidable en el mercado de invierno, contratando a jugadores que serían claves en el futuro: Jonathan Pereira, Jeremy Perbet, Javier Aquino, Chechu Dorado, Juanma y Farinós; la mayoría de ellos a coste cero. Pero la decisión más acertada fue, sin duda, la de elegir a Marcelino como sustituto de Velázquez. Si hubiera que elegir un artífice del ascenso a Primera de entre toda la plantilla, sin duda elegiría al técnico asturiano.

Adelante, más que nunca. Marcelino cambió por completo al Villarreal. Le dio plena confianza a Juan Carlos, portero que pasó malos momentos siendo sustituido por Mariño en varias jornadas de la primera vuelta. Éste le respondió con actuaciones sobresalientes bajo palos. No le tembló el pulso a la hora de sentar a una institución en el club como Marcos Senna, para darle la titularidad al desconocido Canteros. Logró sacar lo mejor de Uche, haciendo que el nigeriano recuperara la ilusión perdida hace años a causa de las constantes lesiones. Apostó por canteranos como Pablo Íñiguez, Moi Gómez o Gerard Moreno, que resultarían clave en muchos partidos importantes. Y sobre todo, recuperó la confianza de un equipo y una afición que ya se veía otro año en el infierno. Con Marcelino, el Villarreal sólo perdería el trágico partido de su debut y el que le enfrentó al líder, el Elche. Puntuó en 17 de 19 encuentros. Llegó a encadenar catorce partidos sin perder. Y sumó 15 pts de 15 posibles en las últimas cinco jornadas. Y la falta de gol se disipó como por arte de magia: el Villarreal de Marcelino marcó 18 goles más que el Villarreal de Velázquez en las mismas jornadas (43-25).




¡¡¡¡Endavant!!!! Y adelante. Esa ha sido la premisa durante toda la temporada. Remar hacia delante. Porque no quedaba otra. Y porque este equipo, a pesar de las dificultades, consiguió firmar una segunda vuelta impresionante que coronó ayer venciendo al Almería en un Madrigal apunto de estallar. El Villarreal, sin endeudarse lo más mínimo, sin gastar más de lo que gana, sin inflar los precios de sus entradas, sin creerse el dueño del corral y sin quedarse en un rincón deprimido por su mala suerte, vuelve a la Liga BBVA con la sensación de no haberse ido nunca, y con la premisa de que en el fútbol, no vale la pena lamentarse. Todo es cuestión de levantar la cabeza, y mirar hacia adelante. Hacia Primera División.

@david_lrl