Ayer ganó la Champions un equipo plagado de futbolistas que soñaban con la "orejona" desde hacía más de diez años. Jugadores que querían ganarla para el Chelsea, ese equipo inglés que no era nadie antes de Abramovich y que ahora es uno de los mejores equipos del mundo. En muchas ocasiones se quedaron a un palmo de alcanzarla, y siempre la mala suerte les privó de conseguirlo: un gol fantasma, un golazo en el descuento, un resbalón en un penalti... desde que Abramovich se apoderó del club, el Chelsea se convirtió en uno de los mejores equipos de Inglaterra, conquistando ocho títulos en los últimos nueve años. Sin embargo, esta temporada parecía que iba a ser la más desastrosa de todas: los "blues" se quedaron fuera de los cuatro primeros en la Premier League y estuvieron a un paso de ser eliminados por el Nápoles en Octavos de la Champions. El cambio de Villas - Boas (gran promesa de entrenador) por Di Matteo (el segundo del portugués) cambió el panorama por completo: ahora el Chelsea es vigente campeón de la FA CUP (derrotó al Liverpool en la final) y vigente campeón de la Champions League (tras ganar en los penaltis al Bayern) por primera vez en su historia. En la temporada que nadie lo imaginó, el Chelsea se alzó con el mayor trofeo a nivel de clubes. Maravilloso.
Maravilloso porque nadie ha merecido tanto este título en los últimos diez años como lo ha merecido el Chelsea. Es cierto que el dinero ha contribuido a que este hito se hiciera realidad, pero creo que por encima de todo fue el deseo, la ambición de unos jugadores que debían tener esa medalla en su palmarés. Estar a punto de conseguir algo tantas veces, haberlo soñado con todas tus fuerzas y al final conseguirlo... quizás el dinero hace mucho, pero la fe y el esfuerzo mueven montañas.
La Champions 11/12 ha sido una alegoría al fútbol. Ya escribiré sobre ello. Porque hoy quiero rendir homenaje a esos jugadores que lo dieron todo por la camiseta blue y que, al fin, consiguieron esa Copa de Europa tan deseada.
Petr Cech. El portero eterno del Chelsea. Llegó en 2004 procedente del Rennes y se hizo con la portería de Stranford Bridge hasta que un golpe en el cráneo estuvo a punto de retirarle, incluso de matarle.Sin embargo, consiguió reaparecer, siempre con ese casco que le hace característico. Se puede decir que antes del accidente era uno de los mejores porteros del mundo. Bajó mucho el nivel, todo el mundo pensó que jamás sería el mismo... pero el portero checo ha demostrado esta temporada que vuelve a ser el de antes. Un portero que ha salvado a su equipo ronda tras ronda. Ya nadie olvidará su memorable actuación ante el Barça en Stranford Bridge, manteniendo la portería a cero durante noventa minutos de avalancha culé. Y nadie olvidará la increíble parada a Robben en el penalti que pudo haber cambiado el destino en la mismísima prórroga de la final. Luego se encargó de dar la vuelta a la tortilla en la tanda de penaltis. El mejor portero de la Champions, el mejor portero del año y, por supuesto, el portero que más ha merecido una Champions League en los últimos diez años.
John Terry. El gran capitán. Él ha vivido cada uno de los éxitos y desgracias del equipo blue. Nada había empezado todavía en el Chelsea y él ya estaba allí, con nada más y nada menos que 14 añitos. Han pasado desde entonces 17 primaveras y todavía sigue ahí, demostrando lealtad tanto en los buenos como en los malos momentos. Porque ha tenido momentos muy malos. Uno en particular podía haber matado su carrera: tenía ante sí su primera Copa de Europa en el punto fatídico ante el Manchester United en la final de 2008. Pero un resbalón le arrebató la gloria. Ahora el destino le devuelve aquello que tanto soñó con hacer: levantar la Champions en el equipo de toda su vida. Si, el dinero le rodeó de estrellas, pero su sueño se ha conseguido a través de la humildad. No hay duda de que es el defensa que más ha merecido una Champions League en los últimos diez años.
Frank Lampard. La última leyenda. Uno de los mejores jugadores de la historia del Chelsea y de Inglaterra no podía acabar su carrera sin lograr el mayor éxito a nivel de clubes. Él ha tirado del carro de este equipo desde 2001, a pesar de las numerosas estrellas que han desfilado por el equipo de Londres. Ninguna ha conseguido destronar ni eclipsar al jugador insignia que costó únicamente 11 millones de libras. En 2008, el jugador vivió el peor año de su vida con la muerte de su madre y la derrota por penaltis en la final de la Champions, esa que todos pensaban que debió ganar el Chelsea. Una final en la que Lampard se encargó de marcar el tanto blue, que al final no valió para nada. Tres años después, y en el ocaso de su carrera, Lampard disputó los 120 minutos sin poder aparecer ni una sola vez en ataque, pero se machacó a correr y a sudar en defensa y en el centro del campo, como capitán que fue ante la ausencia de John Terry. Materializó el penalti en la tanda con un soberbio lanzamiento y se encargó de cantar a los cuatro vientos la mayor victoria de su carrera, en el momento menos esperado. Por haber permanecido en el club durante 11 años, haber logrado ser uno de los mejores jugadores del mundo durante casi una década y haber soñado tanto con la Copa hasta morir por ella, Frank Lampard es el centrocampista que más ha merecido una Champions League en los últimos diez años.
Didier Drogba. El jugador que ha pasado a la historia. Muchos han sido los jugadores que han contribuido a que el sueño del Chelsea se cumpla, pero lo de Didier representa un caso especial. Ha sido uno de los mejores delanteros del mundo en la última década, pero parecía que este año su permanencia en la élite tocaba a su fin. Ya no era el de antes, no era importante ni hacía del Chelsea un club importante. Su registros goleadores han sido los peores de su carrera, delanteros como Torres, Kalou o Sturridge jugaban más que él y encima perdía la final de la Copa de África a principios de año ante Zambia, fallando él mismo un penalti durante el encuentro. La temporada del Chelsea era desastrosa, su rendimiento era desastroso, y el futuro que se vislumbraba era desastroso. Pero sin comerlo ni beberlo, Drogba volvió a aparecer. Fue titular ante el Nápoles en un partido en el que había que meter tres goles para pasar. El africano hizo el primero de cuatro tantos. En semifinales, desquició al mejor equipo del planeta con un partido digno de un delantero de otra galaxia. Y en la final, seis minutos después de encajar un gol que les privaba de nuevo de aquella maldita Copa, Drogba se encargó de igualar con un colosal cabezazo y de dar la primera Champions de su historia al Chelsea marcando el penalti último y decisivo. Porque la diferencia entre el éxito y el fracaso acabó siendo ese miserable penalti que primero falló Terry hace tres años y que esta vez sí marcó Drogba, con toda la tranquilidad que le caracteriza, siendo el único jugador que engañó a Neuer en toda la tanda, siendo el delantero que más ha merecido la Champions League en los últimos diez años.
El 19 de mayo de 2012 será por siempre un día especial en la historia del fútbol. Un equipo que nunca fue nadie, que a partir de que llegó un millonario ruso lo fue todo... y cuando todos pensamos que dejó de ser quien fue, demostró que la humildad y la ambición valen más que 900 millones de libras.Enhorabuena Chelsea, enhorabuena fútbol. Lo has vuelto a hacer. Has vuelto a emocionarme.
@david_lrl
domingo, 20 de mayo de 2012
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