miércoles, 12 de septiembre de 2012

El Soldado que nunca descansa

Nunca le han regalado nada. Roberto Soldado, a sus 27 años y más de 200 partidos en la élite, por fin le ha llegado el reconocimiento que tanto ha esperado en su carrera. Un triunfo con España que, además, fue un triunfo personal.

Siempre se le miró con lupa en el Real Madrid. ¿Era un delantero más o alguien que pudiera llegar lejos en el club blanco? Cuando fue pichichi en 2ºB, llevando al Castilla a la categoría de Plata y siendo, la siguiente temporada, ser el segundo máximo goleador del campeonato, media Primera División ya se fijaba en aquel delantero que goleaba en cualquier campo de batalla. Pero en el Real Madrid recibió el mismo trato que todos los canteranos que necesitan un empujón: ficha del primer equipo y banquillo. No juegas, cuando entras aportas poco o nada y te buscan una cesión. Osasuna fue el destino, donde completó una temporada aceptable con 11 goles en 30 partidos y compartió el éxito de alcanzar las semifinales de la Copa de la Uefa. Volvió al Real Madrid y decidieron quedarse con él: se había curtido como jugador y era perfecto para ocupar el rol de tercer delantero. Era joven, no podía quejarse. Aguantó una temporada en el gélido banquillo madridista, con Schuster al lado sin darle más que migajas de ocho partidos entre todas las competiciones. Fue entonces cuando se marchó al Getafe, vendido al fin.

El Coliséum Alfonso Pérez, el campo de las oportunidades de los refugiados blancos. Para mí Soldado siempre fue un delantero luchador, con carácter, movilidad y destreza en el remate. Pero tiende a pasar rachas muy malas y rachas muy buenas. Eso suponía una complicada dependencia de cualquier equipo a sus goles. En su primera temporada consiguió la titularidad, pero estuvo a punto de descender a Segunda con el conjunto azulón. En su segunda campaña mostró una evolución a pesar de sus continuas lesiones: 16 goles en 26 partidos. Fue entonces cuando el Valencia decidió ficharlo para suplir la baja de David Villa, jugador emblema del club y autor de más de 171 goles con la elástica ché. Era una prueba de mucho peso para Soldado, que notó la presión en la primera vuelta de la temporada. Sin embargo, acabó marcando once goles en los últimos siete partidos y siendo clave para meter al Valencia en Champions League.

Siempre se le dieron mejor las competiciones internacionales. Por eso en las dos temporadas que ha estado en el Valencia ha marcado 13 goles en 16 partidos entre Champions y Europa League. La puerta de la selección permaneció cerrada mucho tiempo, mientras veía como jugadores como Negredo, Manu del Moral o Fernando Torres en un estado físico horrible eran llamados por Del Bosque. Su gran temporada pasada - 27 goles en 40 partidos- parecía suficiente para ir a la Eurocopa, pero de nuevo el seleccionador le dejó fuera. La recompensa le llegó con la convocatoria para jugar un amistoso y un partido de clasificación para el Mundial. Lo que ni se imaginaba es que fuera a ser titular ante Georgia por delante de Torres y Villa, y acabara marcando en el minuto 86 el gol que acababa con un muro indestructible. Fue un premio que se dio él mismo, porque a Roberto nunca le han regalado nada. Luchó incansable para llegar hasta ahí. Y luchará incansable para estar en el Mundial de Brasil.

@david_lrl


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