Acabaron los clásicos hasta agosto (Supercopa de España) con el último duelo ayer en el Camp Nou y pudimos comprobar la tensión y de que manera ha fraguado en estos jugadores desde el primero hasta el cuarto clásico. La evolución ha sido clara: Mou colocó a Pepe en un trivote con Khedira y Alonso en el primer partido, y lo repitió en el segundo. Resultados: Empate a uno (jugando con diez toda la segunda parte) y victoria por cero a uno en Mestalla. En el tercer clásico se empató a cero hasta la expulsión de Pepe, y entonces Messi marcó dos goles en apenas quince minutos. En el de ayer se marcaron dos goles, pero solo valió uno. Y cuando ya había marcado Pedro. En resumen: El Madrid ha logrado frenar al Barça, siendo el único equipo que lo ha conseguido este año y los anteriores en varios encuentros. Y, lo digo alto y claro, de no ser por los árbitros quien sabe si el pastel hubiera sabido de otra forma.
Pero bueno, vamos al partido. El Madrid debía de salir al Camp Nou ha marcar dos goles para empatar la eliminatoria, por ello Mou apostó por un pivote (aparte de que no podía contar ni con Khedira ni con Pepe) formado por Alonso y Lass, unas bandas en las que se colocaron Cristiano y Di María; y dos jugadores que no apuntaban para nada en el once titular: Kaká, en la mediapunta, e Higuaín en punta. No sé si fue un premio a su esfuerzo en Liga, o que los creyó más adecuados por alguna razón (Özil ha pasado desapercibido para Mou en los cuatro clásicos), pero así empezó el Madrid. Y empezó mordiendo, luchando cada balón, presionando a muerte. Lass jugó un gran papel y actuó como si fuera él y Pepe en uno solo.Quizás algo desmedido en sus entradas, eso si. El Barça se dispuso con su once tipo, con Mascherano de central y Puyol de lateral izquierdo, y trató de tocar y tocar (como siempre), aunque esta vez algo más pausado y tratando de llegar a la portería con paciencia y esperando a que se abrieran huecos, es decir, una vez el Madrid fuera a por el Barça. Raramente, el Madrid no tiró una sola vez a puerta y el Barça tuvo ocasiones clarísimas que desbarató Iker Casillas. Villa encontró una quimera en la banda izquierda del Madrid y se comió a Arbeloa siempre que quiso, pero todo siguió igual. El Barça, contento porque había creado peligro una vez más y había contenido a un Madrid que necesitaba dos goles y le quedaban cuarenta y cinco minutos menos.
Pero la segunda parte comenzó como un rayo para los blancos, con un gol de Higuaín en el minuto cuarenta y seis. Quedaba una segunda parte entera, con un Barça que habría cambiado la mentalidad tras el gol encajado, a solo un paso de empatar la eliminatoria. Pero, inexplicablemente, el árbitro lo anuló. Como diría Mou... ¿Porqué? Pues porque Cristiano se iba solo hacia la porteria como un bólido, y Piqué lo derribó por detrás... el portugués cayó en los pies de Mascherano, que también fue al suelo y el balón fue a parar a Higuaín, que marcó con una gran definición. Bleeckere pitó falta... ¡De Cristiano! y el partido se fue al garete. Porque en menos de diez minutos, Iniesta (que volvía tras su lesión) se inventó un pase de ensueño para dejar a Pedro frente a Casillas y batirlo con clase. El orgullo del Madrid no se vino abajo, y otros diez minutos después, Marcelo marcaba para el Madrid tras pase de Di María, que había estrellado el balón en el poste anteriormente. Quedaban veinte minutos, y había que marcar dos goles para clasificar al Madrid. Pero era imposible. Demasiados obstáculos. Algunos incluso se volvieron locos fruto de la frustación y se dedicaron a pegar palos a los azulgranas (Carvalho, Adebayor, Lass).
Acabó el partido y el Barça se había clasificado para Wembley, jugando un buen fútbol (aunque no tan brillante como nos tiene acostumbrados) pero no estoy de acuerdo en cuanto a su "honestidad", como dice Sandro Rosell: «Estoy muy feliz porque nuestros socios se han comportado de una manera muy cívica. Nuestros jugadores son maravillosos. Tenemos unos técnicos maravillosos. Sobre todo ha ganado el fútbol; han triunfado los valores del Barça" . Dudo mucho de esos valores, sobre todo por la manera de exagerar las faltas y tirarse a la piscina en simples contactos de los jugadores del Real Madrid. Y sobre todo, no reconocer la legalidad del gol del Pipa. Es algo que ningún culé se atreve a decir.
PD: Volvió Abidal al césped del Camp Nou tras su cáncer, y me alegro muchísimo. Pero aunque esto no se parezca ni mucho menos a la rajada de Mourinho en rueda de prensa hace una semana, es igualmente una táctica de Guardiola para crear miles de portadas que sólo hablen del francés, y no del partido. Él mismo cambió al tema de Abidal en rueda de prensa en lugar de hablar de los árbitros. Y otra cosa que no me ha gustado ha sido la celebración de los culés en Canaletas, con múltiples disturbios. Amigos, no se ha ganado nada todavía. El Manchester United o el Schalke 04 son grandes equipos que lo van a dar todo por ganar esta Champions League. Espero ver una final bonita, intensa, competida... pero sobre todo, limpia. Que la Copa de Europa se la lleve quien se lo merezca.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Clásico Nº4 (1-1): La gota que colmó el vaso
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