jueves, 2 de mayo de 2013

Caer de pie... o de rodillas

De antemano: ya sé que el resultado que traía de la ida era más difícil para el Barça que para el Real Madrid, incluso hay que comentar que el rival casi con total seguridad es más duro que el Borussia Dortmund, pero resulta interesante comparar la predisposición de blancos y azulgranas en su intento por conseguir una remontada histórica ante los alemanes.

El Real Madrid salió a un Bernabéu abarrotado, lleno a rebosar, con 80.000 almas gritando una y otra vez "Sí se puede". Los primeros 15 minutos de los blancos fueron impresionantes. La gran intensidad fue clave para llevar al Dortmund, por primera vez en cuatro partidos contra los de Klopp, al terreno que quería el Madrid. Si en esos minutos el conjunto madridista hubiera marcado un solo gol, probablemente la
eliminatoria se abría decantado un poco más hacia el equipo de José Mourinho. Sin embargo, la puntería de Cristiano, Higuaín y Özil no estuvo por la labor. Y para cuando entró Benzema y devolvió la sensación inicial de poder remontar con un gol y una asistencia, ya era demasiado tarde. El Dortmund tuvo sus ocasiones, pero las más claras se estrellaron en el larguero y en un sensacional Diego López, que realizó una de las mejores paradas de la temporada. En el minuto 88, con el Madrid lanzado, la afición coreando y el Dortmund contra las cuerdas, el centrocampista borusser Bender aprovechó un derribo para caer desplomado en el suelo aquejado de molestias y paró el partido durante dos minutos apróximadamente. Los jugadores se enfriaron, no la afición, que se había vuelto loca tras seis minutos mágicos. Finalmente, la remontada no se completó y el Real Madrid cayó eliminado por tercera vez consecutiva en unas semifinales de Champions. Eso sí, lo hizo con la cabeza alta, orgullosos de haberlo intentado y haber estado tan cerca. Por fin se consiguió derrotar a este equipo plagado de jóvenes estrellas, que en la ida mancharon el escudo blanco. En la vuelta, los madridistas limpiaron lo mancillado. Y pueden estar verdaderamente satisfechos. Cayeron de pie.


El FC Barcelona, en cambio, no se le veía ni por asomo con la sensación de poder remontar el aplastante 4-0 encajado en la ida. Con problemas en defensa, con Busquets fuera de la convocatoria y Messi recayendo de su lesión, lo único que daba sensación de partido Champions era el mosaico que apareció entre las gradas del Camp Nou. En el césped, el Barça fue una caricatura. Nunca dio la sensación de que podía marcar siquiera dos goles. La dificultad de encontrar espacios hizo que el Barça probara a chutar desde fuera, aunque con lanzamientos demasiado centrados y dóciles para Neuer. El Bayern, en cambio, llegaba con mucho peligro a la meta de Valdés. Parecía que eran los bávaros los que tenían que remontar. Al descanso, el marcador era de 0-0 porque Piqué completó una gran actuación defensiva, tapando muchos de los agujeros que sus compañeros dejaban a su paso. Pero con quien tendrá pesadillas para siempre será con Arjen Robben, que se deshizo de él en varias ocasiones, aunque no estuvo en la jugada del 0-1, donde hizo un recorte a Adriano y chutó al palo contrario con un zurdazo colosal. Minutos después llegarían dos jugadas espectaculares de Ribery por la izquierda que acabaron en goles de Pique en p.p y Muller, que ya lleva ocho goles en UCL esta temporada. Tito no se la jugó con Messi: metió al campo a Alexis, Montoya y Thiago Alcántara. Se comprobó que Xavi no está bien físicamente, que Villa no está en forma, hasta Iniesta pasó desapercibido. Jugadores como Song y Bartra, que no han jugado demasiado esta temporada, acusaron su falta de minutos. Pero en definitiva, lo más preocupante fue la incapacidad de demostrar al menos que el Barça quería ganar el partido. Porque los azulgranas no tuvieron ni intensidad, ni presión arriba, ni buena combinación entre sus atacantes, ni desborde, ni dinamismo. El Barça al que nos tienen acostumbrados se diluyó como un terrón de azúcar en café. Por eso, la imagen del conjunto de Tito Vilanova se arrastró por los suelos, con un 0-7 global que no se había dado en toda su historia. Fue como cerrar el grifo muy de pronto. El Barça no tuvo más remedio que sucumbir y caer, como no, de rodillas.


@david_lrl





No hay comentarios:

Publicar un comentario