jueves, 15 de mayo de 2014

Subir de escalón

El año 2014 será recordado por siempre en las vidas de Manuel Pellegrini y Unai Emery, dos entrenadores que han tenido que luchar contra sus limitaciones, la prensa, una afición exigente y una presión fuera de lo normal. Se les tachaba de ser técnicos pequeños, porque "solo sirven para entrenar a equipos pequeños". Hoy, ambos pueden reírse en la cara de sus críticos. Han subido de escalón.


La carrera de Manuel Pellegrini no empezó con buen pie. Universidad de Chile descendió a Segunda División por primera vez en su historia con Pellegrini en el banquillo. Imagínense: debutar como entrenador en un club donde jugaste más de 450 partidos y descenderlo. Probablemente, otro técnico se habría hundido. Pellegrini no lo hizo, siguió luchando. Entrenó a Palestino y O´Higgins, para acabar en 1994 en Universidad Católica, donde ganó sus primeros títulos: Copa Interamericana y Copa de Chile. Fue despedido tras dos años sin conseguir el título de Liga.

Comenzó entonces a cosechar éxitos en Sudamérica. Fue campeón de la Liga ecuatoriana en 1999 con Universidad de Quito, en 2001 del torneo Clausura con San Lorenzo de Almagro -con récord de puntos- y en 2003, también del Clausura, con River Plate. Su estilo combinativo y de ataque, unido a sus éxitos al sur de América le llevaron a fichar por el Villarreal CF. Pellegrini aterrizaba en Europa.

En los cinco años que estuvo en un club cuya ciudad tiene poco más de 50.000 habitantes, consiguió convertir un equipo de mitad de tabla, prácticamente recién ascendido, a uno de los equipos punteros de la Liga española. Llegó a ser subcampeón del torneo en 2008, y semifinalista de Champions -el año del debut del Submarino en la máxima competición europea- en 2006. Su siguiente paso debía ser aterrizar en un grande: el Real Madrid de Florentino llamó a su puerta, y fue entonces cuando sufrió las consecuencias de entrenar en un equipo donde la presión es inaguantable. La prensa, especialmente el Diario Marca, le maltrató, prácticamente le despidió. Logró el récord de puntos en la Liga en la historia del Madrid, pero acabó segundo, humillado en Copa por el Alcorcón y en Champions por el Lyon. Acabó la temporada fracasando en su primer intento.

Entonces decidió dar un paso atrás, pero para coger impulso: fichó por el Málaga, que contaba con un proyecto ilusionante gracias a su jeque, Al-Thani. Consiguió clasificar al equipo para la Champions, y alcanzó los cuartos de final al año siguiente, quedándose a un paso de las semifinales frente al Dortmund. Las negligencias del jeque obligaron al club a vender prácticamente a todos sus jugadores clave, pero Pellegrini tenía una segunda oportunidad en un grande: el Manchester City. Esta vez no la ha desaprovechado y ha conseguido no solo el título de la Premier League, también el de la Carling Cup. Un doblete que acaba con el mito de que no era capaz de triunfar en Europa. El primer sudamericano que conquista Inglaterra.

Unai Emery tampoco lo tuvo fácil. Pasó de ser jugador del Lorca a entrenarlo, en una crisis agobiante de resultados. Consiguió ascenderlo a Segunda y convertirlo en la revelación de la categoría: tuvo opciones de ascender a Primera hasta la última jornada. Entonces fichó por el Almería y comenzó a hacerse un nombre en el fútbol español: subió a Primera y clasificó al conjunto andaluz en la octava posición, convirtiéndose en el segundo mejor ascendido de la historia.

Entonces fichó por el Valencia CF, en 2008. Su primera campaña fue de aclimatación, el equipo che acabó sexto. En las siguientes tres temporadas, el Valencia acabó tercero en la Liga, el mejor de los 'mortales', pese a las ventas de Villa, Silva y Mata. La afición valencianista, siempre exigente aún con las limitaciones que arrastraba el equipo, comenzó a pedir su cabeza alegando sus fracasos en torneos del K.O -Champions, Europa League, Copa-. Fue destituido en 2012, año en el que comenzó una debacle deportiva y económica que perdura hasta hoy en la capital del Turia.


Su primera gran mancha en el expediente llegó con su experiencia en Rusia, en el Spartak de Moscú. Duró 26 partidos debido a los malos resultados, pero su caché, intacto en España, le llevó a fichar por el Sevilla tras la destitución de Míchel. Acabó 9º, pero disputaría la Europa League la temporada siguiente gracias a las sanciones de los equipos que se habían clasificado por delante. En un verano agotador que vio como Navas y Negredo emigraban al Manchester City y en el que se dieron trece incorporaciones y hasta dieciocho salidas, Emery tuvo que recomponer un equipo totalmente nuevo y que empezaba de cero. El Sevilla fue de menos a más y ha terminado la temporada en quinta posición y conquistando la tercera Europa League de su historia. Mira por donde, un torneo del K.O. Un título que Emery merece más que nadie.

Unai y Manolo, Manolo y Unai. Ambos fueron desprestigiados, apaleados y humillados. Consiguieron proezas con equipos pequeños, pero para los críticos exigentes y no tan exigentes, hacía falta algo más. Subir de escalón. En 2014, ambos lo han hecho. Y ojo: aún les queda mucho que ascender.




1 comentario:

  1. Merecido se lo tenían luego de lo mal (injustamente) que los trataron.

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