Che spettacolo, como dirían los tiffosi de Valentino Rossi. Espectáculo del bueno, del de 5 estrellas, como la Mahou. El Madrid parecía el portero de Aquí no hay quien viva luchando contra el mismísimo Mike Tyson dentro de un cuadrilátero. Recibiendo golpe tras golpe, cada cual más fuerte que el anterior.
Bochornosa la actuación de los once titulares, empezando por Casillas, pasando por la pareja Khedira-Xabi, y acabando por Di María. En cambio, los once culés parecían dioses del olimpo griego, con una velocidad, fuerza y resistencia descomunales. Ni Zeus les metía mano, inconmesurable la actuación de todos ellos.
La clave del partido ha sido darle más libertad de la cuenta a Xavi e Iniesta, que tocando el balón parecen Oliver y Tom, los de la famosa serie Campeones. No les quitan el balón ni poniéndoles una Desert Eagle en la sien. He visto muchos jugadores, y exceptuando al gran Zizou, creo que no hay nadie que entienda tanto el fútbol como estos dos fieras. Ya les pueden poner delante a la mismísima Megan Fox, que ellos tratarían y tocarían mejor un balón de fútbol que a una mujer de semejante calibre.Y si a estos los salvaguarda mi tocayo Sergio Busquets, les sumas a Messi y Villa, y una dosis de suerte, apaga y vámonos, pero vámonos ya.
Este Barcelona es el mejor equipo que he visto en mi vida, pasarán muchos años, y cuando me pregunten por ello, diré que jamás un equipo ha juntado a once artistas que, a su vez, eran gladiadores, que en el minuto noventa presionan con la misma intensidad que si estuvieran en el diez, que tocan el balón sin parar durante tres minutos de reloj, hacen tres paredes consecutivas, tiran caños varios o taconazos para el recuerdo. Acongojante.
Como también es acongojante que el gran Gerard Piqué, en el quinto gol y en medio de una macrocelebración en el banquillo culé tal que hubieran ganado otra Champions, alce la mano, haciendo el típico gesto de la manita mirando al público. Es vergonzoso, todo el mundo critica la chulería de Cristiano, pero el guapete central catalán no se queda atrás. Estos detalles, y el de Xavi tirando la botella al aire con una fuerza digna de un jugador de béisbol profesional, demuestran que los siempre comedidos y educados culés, que se esfuerzan por dar una imagen elegante y cordial, tienen tan poca eduación como la del "señor" Hristo Stoichkov, perdón por las comillas, pero es que este tío me da mucho asco.
Ahora sólo queda levantar la cabeza, seguir adelante, y esperar al Bernabéu. Aunque pasará lo de siempre, llegaremos como un tiro, con estadísticas y resultados similares, pero igualmente recibiremos otra paliza, otro baño, otro repaso tan descomunal que se nos quitarán las ganas de todo.
Reacción, hay que reaccionar, debemos saber reaccionar, debemos seguir puliendo aspectos y continuar ganando todos los partidos posibles. Y con un poquito de suerte, en la vuelta, plantar cara, ponérselo difícil. Aunque contra semejante equipo, está muy complicado. No se ha inventado todavía la forma de contrarrestar el vendaval futbolístico blaugrana. Si el Madrid hubiera salido con quince jugadores, el resultado habría sido idéntico. Hoy por hoy ganar al Barça es una utopía.
Lo que más me extraña es que este partido, esta humillación, este trauma ya lo había vivido, un 2-6 hace año y medio, si mis cálculos no me fallan.
Sergio Berenguer Fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario