Llegaba finales de agosto, la pretemporada terminaba y comenzaba otra vez la Liga. Algunos expertos vaticinaban una liga muchos más igualada, en la que ni Barça ni Madrid, se desengancharan de sus rivales a las primeras de cambio, como lleva ocurriendo en los últimos años, en el que siempre han andado cercano a 100 puntos a final de campeonato. Si esto era así, la posibilidad de que una alternativa, desaparecida en los últimos años, haría que nuestro campeonato doméstico tuviera un más amplio abanico de posibilidades al título.
Nada más lejano a la realidad, los cuatro equipos que se presentaban como alternativa seria, me temo, que un año más no están preparados para esta odisea. El Atlético de Madrid, tras conservar a sus dos grandes estrellas, vuelve a ser lo de siempre, al Sevilla no se leve ni un atisbo de lo que fue, y el Valencia, se ha convertido en un desorden constante, con un entrenador sin ideas, ni esquema de juego, algo fundamental para enfrentarse a los dos grandes. Caso a parte merece el Villarreal, pasaban las jornadas, el equipo groguet no fallaba y seguía el ritmo de azulgranas y blancos. Pero yo tenía dudas. El equipo amarillo solventaba sus partidos con facilidad, bien es cierto que los rivales eran de inferior categoría. Y llegaron Los Alpes. El submarino debía enfrentarse con los rivales de su categoría y comienza a fallar. La pérdida de puntos que puede acarrear estos enfrentamientos pueden ser un simpleza en una Liga de 38 jornadas, pero sirven para que los transatlánticos de fútbol español se desmarquen, y gracias a ese reguero de puntos, sea imposible seguirlos. España se está haciendo, totalmente, bipolar.
R. Madrid y Barça sacan del campo a sus rivales, a base de goleadas que refleja la inmensa distancia entre ellos y los demás, provocando así, la habitual "doble liga". Para los aficionados de los grandes se convierte en una liga apasionante, en el que la rivalidad marca cada temporada, pero esto para el fútbol español es muy grave, y provoca la extrema bajada de nivel de nuestra liga. Mientras tanto, en el resto de ligas europeas nos encontramos con sorpresas en lo más alto de la tabla, como en el caso de la Bundesliga o Francia. Pero el ejemplo a tomar es la Premier League inglesa, que cada año se convierte en una lucha de 5 o 6 equipo en busca del título. La Liga no puede seguir así, esto hay que darle una solución ya.
En definitiva, en la tarde-noche futbolística del sábado, me senté a ver mi amado deporte, pero la indumentario verde que lucía el FC Barcelona, me parecía cada vez más, azul ranger y en el Bernabeu, el blanco siempre inmaculado del Madrid, era mancillado por unas católicas rayas verdes.
La comparación con Escocia en el último párrafo te ha quedado muy currada
ResponderEliminarLa solución a esto es contradictoria, los derechos televisivos están en manos de Madrid y Barça, justo, porque son los que más venden, pero si no queremos un duopolio se deberían repartir por igual entre todos los equipos de 1ª
La verdad es que la situación tiene difícil solución. Pero bueno, los grandes siempre tendrán más poder y conseguirán llevar el debate a sus intereses, para eso son los que llevan este deporte a lo más alto.
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