martes, 26 de marzo de 2013

A conquistar Saint Denis

¿Se acuerdan del gol de Torres a Alemania verdad? Picadita por encima de Lehmann y entra llorando en las redes del estadio Ernst Happel. Ni hace falta preguntar que el primer gol que se nos viene a la cabeza todos los días a los españoles es el de Iniesta a Holanda en Johannesburgo. Aún después de aquel rechace ortopédico de Van der Vaart, resulta bellísimo en plasticidad y ejecución. Y para colmo, todavía tenemos reciente el mayor rapapolvo que se ha dado en una final europea. Ocurrió en el estadio Olímpico de Kiev, cuando una Italia pusilánime fue aplastada por un equipo que ya es historia del fútbol. Han sido cuatro años fabulosos de éxitos, que nadie jamás hubiera imaginado. Sin embargo, como todo lo que sube baja, hay que plantearse la quizás remota y absurda idea de que España deje de conquistar títulos uno detrás de otro. Somos los mejores, tenemos a los mejores y jugamos como los mejores. Pero en fútbol, ni siquiera eso asegura triunfos hasta la eternidad.

Hoy, España se la juega en Saint Denis en un partido clave en la clasificación para el Mundial 2014. Segundos en la clasificación, dos puntos por debajo de una mejorada Francia y con malas sensaciones en los últimos partidos disputados, una derrota en París significaría la más que probable condena a una repesca donde esperarán rivales de la talla de Portugal, Inglaterra, Suecia o Croacia. Todos inferiores a España, sí. Pero, ¿nos podemos fiar de algún equipo a doble partido y con serias aspiraciones de estar en el próximo torneo mundial?

No podemos permitirnos el riesgo de la repesca. El campeón continental y mundial se jugaría su pase en dos miseros y complicados partidos. Hay que ser líderes de grupo. Y para ello, hay que ganar en Saint Denis. No me malinterpreten, no creo que sea una proeza ganar allí y a este rival -ya lo hicimos en 2010 y en la pasada Eurocopa-, pero hay que reconocer que el partido es una navaja de doble filo. Deschamps ha revolucionado a la selección gala y la ha convertido en un rival peligrosísimo. El principal defecto de los bleus se ha solucionado considerablemente con el cambio generacional en el centro de la zaga: los Konscielny, Mexes y Rami no daban la talla en los partidos importantes. Es el turno de Sakho y Varane, 23 y 19 años respectivamente. Uno, realizando una gran campaña en el PSG, líder de la Ligue 1 y cuartofinalista de la Champions; el otro, confirmándose en el Real Madrid como el central más prometedor de Europa. Los dos son una firme apuesta del seleccionador galo, que además confía en Jallet y Evra por delante de Clichy y Debuschy -lesionado, pero suplente de todas formas-. En el centro, apuesta por un trivote con Matuidi, Cabaye y Pogba con intención de reforzar el medio campo -contra Georgia jugó ofensivo total, con Matuidi como único centrocampista defensivo-, si bien resulta más dinámico del que se esperaba. Pogba está en un buen momento de forma y es un jugador mucho más ofensivo de lo que podían ser Gonalons o Sissoko. Arriba, un tridente mortal con Ribery, Valbuena -el jugador más en forma de Francia- y Benzema, que lleva 11 partidos sin marcar con la selección y se encuentra falto de confianza. Hoy tiene una importante revalida y será peligroso en cualquier caso. En el banquillo esperará Giroud, un delantero con crecimiento ascendente esta temporada. Ha llegado mejor que nunca.




España pierde para este partido a Silva por sanción y a Jordi Alba por lesión, dos bajas importantes porque eran indiscutibles -sobre todo el catalán-, pero la selección tiene una plantilla muy extensa en recursos. Seguramente volverá Pedro al once, se trata del jugador más en forma de la selección -ha marcado 9 goles desde la Eurocopa- y gran parte del peso ofensivo debe recaer en él. Al otro lado del tridente estará Andrés Iniesta, y en punta Del Bosque confía en David Villa, titular por primera vez en un partido importante desde el Mundial. La mejor noticia es la vuelta al once de Xabi y Xavi, que formarán junto a Busquets el considerado mejor centro del campo del planeta. En ellos recae la responsabilidad de hacer que España vuelva a jugar como sabe tras el fiasco ante Finlandia en Gijón. En defensa,  Monreal se ha ganado el puesto en el lateral izquierdo para sustituir a Alba.

En las porterías, Hugo Lloris y Victor Valdés, dos de los mejores porteros del mundo que jugarán uno de los partidos más importantes de su carrera bajo palos. Una gran oportunidad sobre todo para el portero del Barcelona, que a la sombra de Casillas nunca ha disputado un partido con la Roja de tales características. Hoy será el centro de todas las miradas.


La selección española no está realizando una clasificación deslumbrante. Salvo el 0-4 a Bielorrusia, los de Vicente Del Bosque lo han pasado mal ante Georgia - a la que ganaron en el último minuto-, ante Finlandia el pasado viernes (1-1) y ante la propia Francia, que le superó en la segunda parte en el Calderón, viéndose empatada en la última jugada del partido. No son buenas sensaciones para el compromiso de esta noche, pero la Roja siempre ha dado la cara en las grandes citas. Es verdad que todo tiene un techo y España parece haberse estancado, pero no podemos dejar de confiar en un equipo que siempre lo ha dado todo y siempre ha conseguido lo que se ha propuesto. Ganar en París sería un golpe de autoridad ante pesimistas, derrotistas y, sobre todo, ante los ojos de todo el mundo. Para demostrar que la vigente campeona sigue viva.




No hay comentarios:

Publicar un comentario