
Las bajas en defensa también han sido cruciales. Contar sólo con un central de garantías -Piqué- para toda la temporada demuestran la mala planificación del club en ese sentido. Bartra era un principiante que se encontró con la mayor pesadilla de su corta carrera futbolística; Mascherano, reconvertido a central, está lesionado, y Puyol ya no da para mucho más. Las opciones eran el joven canterano, Song, Busquets, Adriano... jugadores que no desempeñan esa posición. Es por ello que la prioridad para la temporada próxima es fichar a un central de nivel contrastado -suena mucho Hummels-.
El Bayern avisó desde el primer minuto, sobre todo de la mano de un Robben que recordaba a sus mejores tiempos. Cuando el holandés no está lesionado, se trata de uno de los mejores futbolistas del planeta. Una pena que sus piernas sean de cristal, de lo contrario estaríamos hablando de un jugador que optaría todas las temporadas al Balón de Oro. Él se encargó de penetrar por la banda de Alba -desquiciado- una y otra vez, fozando córners que siempre resultaron peligrosos. Y es que el Bayern ganó todo balón por alto. Y así llegó el primer gol de Muller y el de Mario Gómez. Lo más curioso es que aunque el Barça ganara en posesión -ligeramente-, ello fue totalmente intrascendente. No tiraron a puerta hasta bien entrada la segunda mitad, un disparo que apenas puso en problemas a Neuer. En cambio, el Bayern daba síntomas de peligrosidad cada vez que agarraba un balón Ribery, o como hemos dicho antes, Robben. Precisamente el crack ex del Real Madrid firmó un golazo tras deshacerse de un defensa y, mientras Muller bloqueaba a Jordi Alba, rematar a la red el tercero. Coronó su gran actuación.
El cuarto lo hizo Muller -el que siempre aparece en los momentos decisivos- casi al final del encuentro. ¿Messi? No apareció. Fue un alma en pena fruto de una lesión de la que todavía no estaba recuperado. El argentino había recibido el alta médica sólo tres horas antes del partido. Cualquier entrenador lo hubiera alineado para, al menos, meter miedo. Pero el Bayern no tenía miedo. Ni siquiera respeto. Se dedicó a ser el rodillo alemán que viene siendo toda la temporada.
PD: No hablaré del árbitro. Perjudicó tanto al Bayern como al Barça y demuestra que es una vergüenza que sigan habiendo profesionales de este tipo en competiciones de este nivel. El ojo de halcón debe introducirse en las mayores organizaciones cuanto antes. La Premier League es la única con sentido común.
@david_lrl
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