jueves, 18 de noviembre de 2010

Iturralde. ¿Alguien ve a ese señor como árbitro de un Clásico?

El Clásico ya llega, falta poco más de una semana y a la Real Federación Española le llegó la hora de tomar la única decisión, respecto al gran partido. La elección del árbitro suscita una gran expectación en las dos facciones que se enfrentan, y aún más tras las continuas acusaciones acerca del favoritismo del colectivo arbitral hacia uno u otro bando, sobre todo en la prensa que rodea las dos grandes ciudades de nuestro país.

El arbitro de un Clásico debe estar preparado para aguantar una alta presión dentro y fuera del campo, pero sobre todo, debe saber mantenerse al margen y no entrar en protagonismos innecesarios que le puedan causar problemas durante los 90 minutos. Esto sería lo básico, pero al Comité de árbitros de la Federación, con Sánchez Arminio a la cabeza, no se les ha ocurrido una mejor idea, que elegir a un árbitro antagónico de estos ideales. La designación de Iturralde González indigna a todos los apasionados del deporte rey. El árbitro que busca ser protagonista en cada partido, sea como sea, es premiado dirigiendo el partido con más proyección mundial. El árbitro vasco se sentirá como en casa, millones de personas de todo el mundo pendiente de sus decisiones y el encantado de dar un espectáculo arbitral, aunque sea desluciendo el futbolístico. Por todo esto, que no estrañe a nadie que de los 22 futbolistas que salten por ambos equipos, alguno termine en los vestuarios antes de tiempo, por alguna decisión caprichosa del conocido "árbitro-actor", continuando así con sus "ilustres" actuaciones arbitrales. 
La elección del extravagante árbitro se va a convertir en un atractivo más para este gran partido. Incluso ofrezco la idea a la televisión que tiene los derechos de retransmisión del partido que incluya al colegiado en su promoción del encuentro, a ver si los aficionados al fútbol tenemos suerte y completa así su dosis de protagonismo de cada fin de semana, y se decide por un arbitraje tranquilo y correcto, evitando así al mundo entero tener su nombre en la boca todo el día siguiente. Deseemos que las estrellas del partido sean las que tocan el balón y no, el que debe defender el espectáculo.

Esperemos que el espectáculo asegurado que siempre nos traen los dos equipos más grandes de España no sea deslucido por una polémica actuación arbitral, por ello deseamos mucha suerte al hombre que tiene entre sus manos el silbato que puede decidir el devenir de una igualada Liga.

Un saludo. José Manuel Amorós Sola. 

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