Si te pegan en una mejilla, ofrécele la otra.

En el fútbol nos podemos encontrar con genios en el regate, en espectaculares paradas o a la hora de marcar un gol. Pero si nos decidimos por buscar los grandes dominadores de las situaciones que envuelven al juego desde fuera del campo, nos encontramos con el entrenador del R. Madrid, con José Mourinho. Cada previa de partido del equipo madridista, se convierte en un reguero de noticias y titulares dominados por la sabiduría en estas lides de Special One.

Puede ser que busque polémica, protagonismo o simplemente la protección de sus jugadores, pero estas declaraciones le cuestan muchos dolores de cabeza a los objetivos de sus criticas. Hasta ahora en España nadie había entrado al trapo de las acusaciones o simples declaraciones de "Mou", pero en el caso del Sporting se encontró con un hueso duro de roer, que sin dudarlo no tardó en contestar. Manolo Preciado ya había escuchado en alguna que otra ocasión las palabras del entrenador del Real Madrid reprendiéndole su once titular en el Camp Nou, y tras la continuidad en las acusaciones, Preciado explotó. Lo hizo sin dudarlo y en mi opinión sin pensar, porque sino no se explican las duras recriminaciones que, de manera personal y excediéndose del fútbol, lanzó el técnico cántabro.

Mourinho le puso la caña y Preciado picó. Mourinho se convertía en la víctima de los ataques y el partido, siempre caliente para los blancos en El Molinón se avivaba aún más. Ambos técnicos habían contribuido a la presentación de un partido duro y tosco, y las expectativas no fallaron. El Sporting salió como un "león herido" a defenderse de su orgullo trastocado. Los jugadores del club asturiano salieron al campo "al 300%" como ya había adelantado su entrenador. Ahí estuvo el fallo. El 300% del Sporting no era para correr, presionar y atacar al club blanco, sino para hacer daño físico a los madridistas, cosa que se presumía por la diferencia de calidad y físico de ambos equipos. Los sportinguistas se dedicaron a realizar faltas y romper el juego del contrario. Aunque parecía la táctica tomada por Preciado, para al menos repetir el empate del año anterior, visto el resultado, mejor que hubiera optado por exprimir, por 3, la calidad de sus futbolistas, así hubiera igualado quizás las propuestas de fútbol de ambos equipos.

Y ahí llegamos al "quid" de la cuestión. Mourinho es reflejado como la victima del enfrentamiento, el Madrid como un equipo agredido y embestido y encima de todo, se lleva los 3 puntos. ¿Volverá alguien a atreverse a contestar a Mou? Un especialista dentro y fuera del campo como es él, sabe lo que hacer y decir en cada momento, y busca la debilidad en el rival, que como en este caso, no estaba preparado para enfrentarse a él. 

Por eso hago esta reflexión personal: ¿No será mejor centrarse en la preparación del partido y no salirse de lo estrictamente deportivo?. Dedicarse a jugar al fútbol y responder con juego, y no entrar en una guerra, porque ahí, siempre tendrá ventaja el mejor. Y el mejor, en este caso, era el Madrid. Preciado quiso ponerse el disfraz de Mourinho y hacerle cara, quiso no lo sólo defenderse, sino también ponerse por encima y le pasó lo que todos ya sabemos, un partido perdido en casa, mostrándose como un equipo antideportivo y con denigrando la imagen del club. Todo esto, en un partido en el que no tenia nada que perder. Si te sientes aludido por los ataques, te desquitas en el campo y comportándote como un especialista del fútbol y no como un showman si no está preparado para ello. Si te pegan en una mejilla, compórtate como un señor, ofrécele la otra y que en el campo gane el mejor.

Un saludo. José Manuel Amorós Sola.