viernes, 25 de marzo de 2011

¿Roberto Carlos? Perdón, quise decir Marcelo.

Quién nos iba a decir que solamente íbamos a esperar 3 años para tener un digno sustituto del gran Roberto Carlos, el mejor lateral izquierdo de la historia –exceptuando al legendario Maldini.

Marcelo vino a España de la mano de Capello y Mijatovic –no voy a nombrar a Ramón Calderón, va contra mis principios. Por entonces, tenía poco más de 18 años, jugaba en el Fluminense de Brasil, y ya había debutado con la absoluta marcando un soberbio gol desde la frontal del área. Un zurdazo impecable.

Se vislumbraba que podía ser un gran lateral izquierdo y, por sus características, un jugador muy similar a Roberto Carlos. Un Roberto Carlos que había sido dueño y señor, durante una década, de la banda izquierda tanto del Real Madrid, como de la canarinha. Es imposible no hacer una comparación: ambos son veloces, técnicos y tienen un potente disparo. Y hasta en los defectos son parecidos: atacan mucho mejor que defienden –aunque esto último Roberto Carlos fue puliéndolo hasta que aprendió a defender notablemente. 

A Marcelo le quedan unos meses para cumplir los 23 años, por lo que tiene todo el tiempo del mundo por delante para seguir mejorando. Sus dos primeras temporadas no fueron fáciles, con Capello no jugó, estaba demasiado verde, y con Schuster ya empezaron a llegarle las oportunidades, aunque aun era muy blandito en su juego. No se excedía en su juego porque no tenía suficiente confianza. Cumplía y poco más, por lo que las críticas no se hicieron esperar. Hasta que Juande Ramos no lo colocó de interior izquierdo no cesaron las críticas al muchacho. No defendía bien, dejaba espacios y no era lo suficientemente aguerrido. El Bernabéu llegó a pitarle de manera desmesurada, cual Royston Drenthe. Sin embargo, este último lloraba en casa, mientras que Marcelo salió a la palestra y, delante de un micrófono, dijo que le daban igual los pitidos, que él acabaría triunfando en este club. 

Lo dicho, de interior fue, durante muchos partidos, un puñal por la banda. Regateaba, marcaba, y bajaba a apoyar a su lateral. Las críticas cesaron y, a la temporada siguiente, Pellegrini lo colocó otra vez de lateral. Excepto un par de partidos flojos en defensa –recuerdo que Navas se la lió muchísimo en el Sánchez Pizjuán- Marcelo se ganó a toda la afición madridista con grandes actuaciones y una temporada muy regular –por ello se le recuerda como una importante baja en aquel partido de octavos en el Bernabéu contra el O.Lyon.
Hoy en día ya nadie discute a este pedazo de lateral. Se lo ha ganado a pulso, poco a poco, como el Pipita. Está realizando un temporadón. Está fuerte en defensa, a los rivales les cuesta mucho irse de su marca; apoya constantemente a Cristiano, le da salidas; raras veces pierde la posición propiciando ataques del rival por su banda, la cual sube y baja durante todo el partido como si no costara; marca, regala asistencias y, por si fuera poco, los múltiples regates que realiza durante un partido les suele salir bien. Caño por aquí, recorte y finta por allá… increíble. Me quito el sombrero ante él. Poco más se le puede pedir. Queda claro que el espejismo de Heinze en la banda izquierda del Madrid no era algo que fuera a tener continuidad en un club en el que su afición ha estado, durante muchos años, acostumbrada a un lateral que atacara constantemente. El juego del Madrid con el brasileño es mucho más vertical y agresivo. 

Dicho lo dicho, y teniendo en cuenta su edad, tenemos Marcelo Vieira da Silva para rato. ¡Qué gran noticia! ¿Mejor sustituto que éste para Roberto Carlos? Lo siento, no los venden.

Por Sergio Berenguer.


Twitter: @SergioB91

1 comentario:

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