jueves, 21 de junio de 2012

Día 14: La Portugal de Cristiano se desata

Portugal ha despertado. Han sido seis años amargos, de transición de una selección que apuntaba muy alto y se dio contra las narices en su propia casa.. Rui Costa, Figo, Deco y compañía vieron como el sueño de una nación se iba a pique con el gol de Charisteas. Algunos de esa generación alcanzaron las semifinales en el Mundial de Alemania, siendo derrotados por la Francia de Zinedine Zidane. A partir de ahí, muchos cambios y notables fracasos fruto de una reconstrucción que ni siquiera hoy se da por terminada.

Eliminados en cuartos de la Eurocopa de 2008 y en octavos del Mundial de 2010, Portugal llegaba a Ucrania y Polonia más inofensiva que nunca. Le tocó el grupo de la muerte y encima llevaba consigo - en mi opinión - una de las peores plantillas de su historia. Eso sí, contando con, si no el mejor - respeto a Eusebio- el segundo mejor jugador de la historia de Portugal, Cristiano Ronaldo. Él vivió en sus carnes  la derrota en la final de este mismo torneo ante Grecia cuando solo tenía diecinueve años. También recibió los golpes de quedarse a las puertas de una final y caer demasiado pronto en Austria y Sudáfrica. Sus compañeros, casi en armonía, han ido cambiando uno tras otro mientras él se ha mantenido hasta convertirse en el capitán y líder indiscutible de esta selección. El jugador que ha llevado a Portugal a unas semifinales por primera vez en seis años.


Tenía que ser él, no podía ser otro. En la primera parte fue el único que tiro del carro entre demasiada especulación y conservadurismo. Una Portugal agazapada que a veces creaba peligro y otras, simplemente, no creaba nada de nada. Suya fue la mejor ocasión con un remate al pelo tras revolverse de lujo dentro del área. Los checos, muy bien plantados, asustaban también de vez en cuando con alguna que otra embestida. Pero todo lo que llevó a los portugueses a lograr la victoria ocurrió en la segunda mitad.

No sé que les diría Bento en el descanso, pero los lusos salieron a morder en la reanudación, exprimiendo más velocidad y ritmo al juego. Una falta de Cristiano al palo, un disparo de Moutinho que salvó Cech, un cabezazo alto de Almeyda, un remate de Nani que despejó milagrosamente Kadlec... los checos aguantaban como podían y apenas lograban llegar a campo contrario. Una arrancada de Pilar por la izquierda, deshaciéndose de dos rivales, fue lo único en ataque del conjunto de Bilek en toda la segunda parte. A Portugal sólo le faltaba el gol. Un gol que llegó en un centro desde la derecha que remató Cristiano con el alma hasta el fondo de la portería. Estalló como lo hacen los genios que tiran y tiran hasta que consiguen lo que se proponen. Y es que, como no podía ser otro, su cabezazo vale unas semifinales. Enhorabuena Portugal, enhorabuena Cristiano. Será un honor jugar con vosotros por estar en la gran final.

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