jueves, 10 de julio de 2014

La madre de todas las humillaciones



Alemania destroza a Brasil en un partido que ya es historia del fútbol y de los Mundiales (1-7)

Es difícil encontrarle un calificativo a lo que pasó en la semifinal celebrada en el Estadio Mineirao de Brasil. No hay palabras que describan, ni que expliquen, cómo fue posible tal sangría de goles. Era como si los defensores brasileños, algunos considerados los mejores del mundo, hubiesen sido afectados por un virus sobrehumano, como aquel de los marcianitos de Space Jam. Parecían conos de entrenamiento. Y es que Alemania convirtió uno de los partidos más esperados del Mundial en un puro trámite.

Ni siquiera trámite es la palabra. ¿Con que adjetivo se puede describir lo ocurrido? Pongámonos en situación. Brasil no estaba bien. A lo largo de todo el Mundial no ha dado muestras de ser aspirante al título. Quizás su solvencia defensiva, capitaneada por unos sobresalientes Thiago Silva y David Luiz, y Neymar, el héroe de la patria, mantenían todavía la esperanza de llegar a la final en Maracaná. Las eliminatorias se fueron superando con más fortuna que brillantez. Y entonces, llegó Alemania.

El equipo de Low, todo hay que decirlo, tampoco estaba cuajando un Mundial excesivamente estético. Pasó la fase de grupos con problemas, eliminó a Argelia en la prórroga y a Francia con lo justo. Brasil era una prueba de fuego, la piedra en el camino que ya fue España hace cuatro años. Esa gran generación merecía jugar una final. Y la jugarán, pero antes protagonizaron lo que ya es uno de los relatos más inverosímiles de la historia del fútbol.

Que Brasil no pudiera contar con Thiago Silva y Neymar disminuía mucho las esperanzas de los anfitriones. Alemania era favorita. Hasta ahí bien. Incluso un 0-3 o un 0-4 se imaginaba en cabezas de aficionados y periodistas. Se podía dar. Pero a los 25 minutos, Alemania ya ganaba 0-5. ¡0-5! Muller, Klose, Kroos, Kroos y Khedira. Cada gol más humillante que el anterior. Era un pase, otro, y luego otro, y ya era gol. Era demasiado fácil. Los cariocas eran muñecos de plastilina. Alemania hizo lo que quiso con ellos.

Un 0-5 al descanso ya se recordaría por siempre en la historia de los Mundiales, pero el resultado acabó siendo de 1-7. ¡1-7! Low hizo descansar a Hummels, Khedira y Klose, y la entrada de Schurrle, hambriento, fue determinante para agrandar la hazaña. Dos goles más convirtió el jugador del Chelsea, y pudieron ser más. Oscar hizo un gol en el descuento, para que el resultado fuera ese y no otro. UNO A SIETE. Una vergüenza histórica. La madre de todas las humillaciones. 

Todavía no sabemos lo que va a deparar este Mundial que ya de por sí había pasado a la historia antes de esta barbaridad, pero es muy probable que se recuerde por aquella vez en la que Brasil, en su intento por conquistar su sexto campeonato en su tierra, sufrió la pesadilla más horrible que puede vivir un aficionado, un jugador, un técnico y una nación. Las calles de Brasil arden -literalmente- fruto de la impotencia, de rabia contenida porque en un país donde el circo era más importante que el pan, ya no queda ni una cosa ni la otra.

FICHA TÉCNICA

BRASIL: Julio César; Maicon, Dante, David Luiz, Marcelo; Fernandinho (Paulinho, m.46), Luiz Gustavo, Hulk (Ramires), Oscar, Bernard y Fred (William).

ALEMANIA: Neuer; Lahm, Hummels (Metersacker), Boateng, Höwedes; Schweinsteiger, Khedira (Draxler); Müller, Kroos, Özil y Klose (Schurrle) 

GOLES: 0-1, m.11: Thomas Muller; 0-2, m.23: Klose; 0-3, m.24: Kroos; 0-4, m.26: Kroos; 0-5, m.29: Khedira; 0-6, m.70: Schurrle; 0-7, m.77: Schurrle. 1-7, m.90: Oscar.

ÁRBITRO: Marco Rodríguez (MEXICO). Mostró tarjeta amarilla a Dante. 

INCIDENCIAS: semifinal del Campeonato del Mundo de Brasil 2014 disputado en el estadio Mineirao de Belo Horizonte ante unos 58.000 espectadores.

MVP: Toni Kroos


No hay comentarios:

Publicar un comentario