No hubo sorpresas en el Grupo C, pero pudo haberlas muy
fácilmente. Principalmente, porque aunque Italia y España eran los favoritos y
alcanzaron los cuartos de final, las dos estuvieron a un gol de quedarse fuera
durante mucho tiempo.
Empezó tranquilo el España - Croacia, demasiado tranquilo.
La posesión fue española y los croatas se dedicaron a mantener una defensa
sólida que aguantara el mayor tiempo posible. Pocas ocasiones tuvo la Roja
-ayer de azul celeste- gracias al sistema impuesto por Bilic, en el que dejó
fuera a Perisic y Jelavic para jugar con Pranjic y Vida. A pesar de conseguir
casi un 70% de posesión, el conjunto de Del Bosque no encontró la tecla para
entrar en el área croata ni crear oportunidades claras de gol. En la primera
parte sólo creó verdadero peligro una incursión de Torres por banda derecha que
acabó en un despeje de Pletikosa a córner. Croacia, en ataque, nada de nada.
Esperaron sus oportunidades, y vaya si llegaron.
El problema es que, pasada la media hora, Italia marcaba a
Irlanda en el otro partido del grupo, obra de Cassano. Prandelli había
recuperado a Barzagli y jugó con éste, Abate, Chiellini y Balzaretti. Una
defensa prácticamente nueva que además resultó ser la más solvente de los tres
partidos de clasificación. Con el 1-0, Italia estaba clasificada y como primera
de grupo, mientras que Croacia quedaba eliminada. Bilic lo sabía, pero esperó
al momento indicado para hacer los cambios.
El gol de Cassano pareció una bomba de relojería a punto de
estallar en Gdansk. La tensión se palpó en el ambiente durante casi toda la
segunda parte, ya que para España no sólo no llegaba el gol de la tranquilidad,
sino que apenas crearon ocasiones de gol. En cambio sí llegaban (a cuentagotas)
en Croacia, que en ese momento estaba eliminada y trató de hacer un gol que les
clasificaba y eliminaba a la selección española. El miedo a caer a las primeras
de cambio inundó al país entero cuando un centro con el empeine de Modric desde
la derecha lo remató de cabeza Rakitic, evitando el gol con una parada
espectacular San Iker Casillas. Estaba claro que había que mover el banquillo,
y Del Bosque así lo hizo, aunque todos nos sorprendimos con la salida de Torres
por Navas. La incorporación del extremo del Sevilla venía bien para dar
frescura y desborde al equipo con la intención de estirar el campo pero... ¿De
qué servían los centros de Jesusito si nadie los iba a rematar? Más
sorprendidos todavía nos quedamos con la entrada de Cesc Fábregas por David
Silva. La táctica del falso "9", con la intención de mandar en el
control del balón y lanzar a Navas, Cesc e Iniesta a la contra. Del Bosque no
quiso arriesgar lo más mínimo y así lo aseguró en rueda de
prensa:“Defensivamente, salvo la acción
del remate de Rakitic, el resto del partido dominamos, sin profundidad, pero el
contrario también jugaba, se replegó muy bien y no dejó espacios. Creo que
ellos pasaron más apuros que nosotros, con '9' y sin él". Es cierto que
España rindió a buen nivel en defensa -mención especial el gran encuentro de
Sergio Ramos- pero más todavía el de Croacia. A pesar de las constantes
llegadas al territorio croata, la defensa comandada por un sensacional
Schildenfeld (central del Eintracht de Frankfurt) no dio ni un respiro a la
delantera española. Bueno, sólo uno.
Un solo error en todo el partido que condenó a los croatas a
la eliminación. Agarró el balón Cesc en tres cuartos de campo y levantó el
esférico con una cuchara formidable para dejar, solos, a Iniesta y Navas. El
manchego sirvió al sevillano, por fin, el gol de la tranquilidad. Y mire usted
que casualidad, los cambios, por muy criticados que fueran -y con razón- le
salieron bien a Del Bosque, porque uno de ellos dio el pase que no se había
dado en 90 minutos y el otro se encargó de materializar una ocasión después de
no tirar casi a puerta.
Corría el minuto 87 cuando España se puso 1-0. Tres minutos
después, Balotelli marcaba de chilena uno de los goles de la Eurocopa. Era el
2-0 ante Irlanda, pero las miradas de millones de italianos estaban puestas en
el otro partido: un gol de Croacia eliminaba a Italia. Una falta en el último
minuto a la que acudió incluso Pletikosa puso de los nervios a la afición de la
azzurra. Sin embargo, el marcador no se movería y tanto italianos como
españoles se clasificaron para cuartos de final. Con sufrimiento sí, pero lo
bueno empieza ahora. Vamos España.
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