Celebración de Mandzukic con Srna |
Italia se sintió cómoda y dominadora del partido gracias a un Pirlo estratosférico, que controló los tiempos a la perfección, distribuyó y organizó el juego como los ángeles y sirvió los mejores balones entre líneas del encuentro. Además, se encargó de marcar el 1-0 con un soberbio gol de falta directa al filo del descanso. Todo eran buenos augurios para la azzurra, pero Croacia aun no había dicho su última palabra.
Porque, como hemos dicho antes, parece como si una fuerza mística cambiara el devenir de las cosas después de cada primera parte. Los equipos que se adelantan en el marcador -como ayer Italia- tratan de dormir el partido y esperar a que termine sin buscar con demasiado ahínco un gol que cierre el triunfo. Y como la desgana y el pasotismo se paga caro en esta Eurocopa, Croacia marcó en una de las pocas oportunidades que tuvo de hacerlo: centró Strinic (gran partido el suyo) desde la banda izquierda y, después de un control majestuoso, remachó a las redes Mario Mandzukic para establecer el empate en el marcador. Italia, que había jugado mucho mejor y apenas fue acusado por una Croacia que supo aguantar y tirar hacia adelante en la segunda mitad, vio como la victoria se marchaba por la borda en un partido que tenía ganado. Con miedo a una posible derrota, apenas llegaron ocasiones desde el gol croata.
Así, Italia se queda con dos puntos a falta de un partido por disputarse. Saben que, en caso de empate a dos entre España y Croacia, se quedan fuera del torneo a las primeras de cambio. Es un tema al que se le está dando mucho bombo en la prensa italiana ya que el conocido como "pasteleo" también ocurrió hace ocho años en la Eurocopa de Portugal, dejándolos fuera también la fase de grupos. Italia no depende de sí misma.
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