Italia y Uruguay se jugaron la continuidad en el Mundial de Brasil en lo que preveía ser un partido emocionante entre dos selecciones que suman entre ambas seis cetros mundialistas. Control y posesión frente a intensidad y sacrificio, dos estilos tan marcados como opuestos serían las armas que empuñarían la Azzurra y la Celeste en su lucha por estar en octavos de final. Pero el partido no estuvo a la altura de lo que prometían las expectativas que levantó en las horas previas.
La intensidad no fue esta vez sinónimo de entretenimiento. Los continuos parones en el juego diluían la emoción del choque, que por la categoría del partido (y no por el atrevimiento de los equipos) siempre estuvo latente. Desde el pitido inicial, el objetivo de Uruguay siempre fue ocultar las virtudes de su rival, más que sacar a la luz las suyas propias. Y a Tabárez no le pudo salir mejor el plan.
Italia nunca estuvo cómoda en el césped. Pirlo aparecía a ráfagas muy leves, y el equipo acusó su intermitencia. Sin De Rossi, su habitual escudero, y con Cavani siempre pendiente de él, el centrocampista de la Juventus no pudo en ningún momento conectar con sus compañeros. Sus combinaciones fueron menos amenazantes que nunca, y nunca estuvieron cerca de intimidar a una defensa comandada por dos imperiales Godín y Giménez.
La selección uruguaya no solo estaba consiguiendo parar a Pirlo, y con ello a todo el engranaje ofensivo de su rival, sino que las armas de los sudamericanos comenzaban a aparecer en el Estadio das Dunas de Natal. Sin Marchisio en el campo por una más que justa expulsión, Buffon recordó a su mejor versión con una parada antológica a Luis Suárez, de esas que pueden valer un pase a octavos, pero esta vez no fue así. La aparición del capitán italiano no fue suficiente para detener a la garra charrúa, una agresividad que el delantero del Liverpool volvió a malinterpretar al dejar la firma de sus dientes en el hombro de Chiellini.
El gesto antideportivo del 9 uruguayo se quedó sin castigo, y justo en la jugada posterior, Godín en un córner (un clásico en esta temporada) se elevó más que nadie para meter a su equipo en octavos de final del Mundial. Tras convertirse de nuevo héroe en el área rival, el central del Atlético continuó con su ejemplar labor en la suya. Acompañado por el joven y sobrio Giménez, ambos centrales dieron un recital de liderazgo y seguridad defensiva. Italia, en inferioridad y con un Pirlo a medio gas, no fue capaz de dar respuesta al gol uruguayo y ya es la cuarta europea que abandona Brasil.
La selección charrúa se verá casi con total seguridad con Colombia en la siguiente fase, una de las revelaciones del torneo. Ya no habrá margen de error. James Rodríguez, Cuadrado y compañía pondrán a prueba el sueño del Maracanazo, una sombra que empieza a planear por Brasil y que puede hacerse realidad en los cuartos de final.
ITALIA: Buffon, De Sciglio, Chiellini, Barzagli, Bonucci, Darmian, Pirlo, Verratti (Motta), Marchisio, Balotelli (Parolo), Inmobile (Cassano)
URUGUAY: Muslera, Álvaro González, Giménez, Godín, Cáceres, Álvaro Pereira (Stuani), Lodeiro (Maxi Pereira), Arévalo Ríos, Cristian Rodríguez (Gastón Ramírez), Cavani, Luis Suárez
ÁRBITRO: Marco Rodríguez Moreno (México). Mostró cartulina amarilla a Arévalo Rios y a Muslera por Uuruguay, y por parte de Italia amonestó a Balotelli y a De Sciglio, y expulsó a Marchisio
INCIDENCIAS: Partido de la tercera jornada del Grupo D, disputado en el Estadio das Dunas, de Natal, ante 45.000 espectadores
MVP: Buffon
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